La padrina Ignàsia, alma mater de la casa, ha supervisado y mantenido viva la pasión por la perfecta cocina clásica con valores culinarios ancestrales que se remontan a sus abuelos y a mediados del siglo XIX. Su hija Dolors, cocinera y directora de la casa, ha sabido continuar sus enseñanzas con una cocina renovada y un nuevo espacio confortable desde donde disfrutar de unas buenas vistas a las casas de la antigua muralla de la Solana y el barranco de las Brujas.